domingo, 7 de agosto de 2016

ELEMENTOS DE LA NARRACIÓN

El punto de vista
El narrador es el sujeto que, desde un punto de visto concreto, cuenta los hechos de la historia, presenta a los personajes, los sitúa en un espacio y tiempo determinados, observa los hechos que le rodean y muestra su forma de pensar y su forma de comportarse. La manera de contarlo todo es importante para la comprensión de la historia.

Entre los distintos tipos de narrador, señalamos los siguientes:
Narrador en 1ª persona: Cuando quien cuenta lo hechos participa en la historia que cuenta. Distinguimos dos clases:

Narrador-protagonista: La historia la narra el personaje principal.
Narrador-personaje secundario: Narra la historia un personaje secundario, que participa en la historia pero no es el protagonista.
Narrador en 2ª persona: Cuando el narrador cuenta los hechos a un tú que a veces puede ser él mismo, de tal manera que se desdobla. Es una técnica que aparece en la novela contemporánea.
Narrador en 3ª persona: Cuando quien cuenta la historia está fuera de ella. Encontramos aquí, también, dos clases:
Narrador objetivo: El narrador es un mero testigo de los hechos y se limita a narrar aquello que ve, sin poder entrar en el interior de los personajes.
Narrador omnisciente: El narrador describe lo que los personajes ven, sienten o piensan. Lo conoce todo sobre el personaje.

La acción
La acción está formada por todos los acontecimientos y situaciones que componen una historia. Dichos acontecimientos se pueden organizar en núcleos con cierta autonomía, llamados episodios.
El conjunto de acontecimientos y hechos de la historia se denomina también argumento. La forma de organizar dichos acontecimientos se denomina trama.

Los personajes
Los personajes son aquéllos que realizan las acciones que relata el narrador.
Por su importancia en el desarrollo de dicha acción, los personajes pueden ser principales o secundarios. Dentro de los principales se encuentra el protagonista, que es el personaje más importante de todos. A su oponente se le denomina antagonista.

La caracterización de los personajes se puede realizar de diversas maneras:
Por caracterización directa: El narrador, el mismo personaje u otro personaje, bien en bloque, bien gradualmente, describen directamente el físico, el carácter o cualquier otro dato del personaje.
Por caracterización indirecta: El personaje va siendo conocido por el lector mediante sus reacciones, su forma de hablar, sus actuaciones, etc., sin que nadie lo describa.

La estructura
Los elementos de la narración se organizan para forma un todo interrelacionado. De manera general, distinguiremos tres partes en una narración:
Planteamiento: Es la parte inicial del relato donde se proporciona la información necesaria para que se desencadene la acción posterior.
Nudo: Es el momento de mayor complejidad de la historia y donde se continúa lo iniciado en el planteamiento.
Desenlace: Es el episodio final en el que se resuelve o finalizan los conflictos. A veces el final puede quedar abierto.

El tiempo
El tiempo es el elemento de la narración que tiene en cuenta la duración, sucesión y ordenación en que se producen los distintos acontecimientos.
La duración del tiempo puede ser diverso: varios años, un día, unas horas...:
El tiempo es largo cuando se presenta un período de tiempo muy amplio, muchas veces de años.
El tiempo es corto cuando lo narrado ocupa pocas horas.
El orden temporal de los acontecimientos puede presentarse de diversas maneras:
Desarrollo lineal: Los hechos se presentan con el orden cronológico en que se produjeron.
In media res: La narración se inicia en un punto intermedio de la historia y se van relatando hechos anteriores y posteriores.
Flash-back: La narración empieza por el final y retrocede al pasado.
De acuerdo a la percepción que se tiene del tiempo, éste será:
Tiempo objetivo: Es el tiempo que se puede medir por el reloj: horas, días...
Tiempo subjetivo: Es la percepción que se tiene del paso del tiempo; a veces, una hora se hace interminable.
En cuanto al ritmo de la historia, es decir, la relación entre lo narrado y la forma de narrarlo, podemos hablar de:
Ritmo rápido: cuando los hechos o acontecimientos se suceden con rapidez y abundancia.

Ritmo lento: cuando la narración se demora en descripciones y reflexiones, de tal modo que los acontecimientos son escasos.

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