El cuento tiene como rasgo principal la brevedad, la
intensidad y la simplicidad en el tratamiento de sus elementos: personajes,
espacio, tiempo, acción, etc.
Así, los personajes suelen ser perfilados de forma simple y
esquemática y se dan pocos detalles de ellos. La acción también es sencilla y
suele mostrar un orden lineal, es decir, se desarrolla siguiendo un orden
cronológico. El espacio en que se ambientan suele ser muy escasamente
caracterizado.
En cuanto a su modo de composición y autoría, podemos
distinguir dos clases de cuentos, fundamentalmente:
Cuento tradicional y popular: A veces es una creación
colectiva que ha perdurado sobre todo a través de la transmisión oral y que
perdura con variantes; otras veces puede ser obra de un autor conocido, pero
haberse “popularizado” gracias a los medios de comunicación.
Cuento literario: De autor conocido, escrito con mayor
elaboración y con vocación de forma escrita. Suele mostrar más elaboración en
sus elementos: tiempo, lugar, personajes, etc.
Por su estructura, podemos hablar de:
Cuentos con marco: narraciones independientes relacionadas entre
sí por otra historia que las encuadra, como por ejemplo, Las mil y una noches.
De acuerdo a la intención, nos encontramos los siguientes
tipos de cuentos:
Leyendas: Relatos en los que se narra como real un suceso
extraordinario y que surgen para explicar lo inexplicable o el origen de un
personaje que será importante en un relato legendario. Para darle ese tono de
realidad, estos relatos se sitúan en lugares y tiempos precisos.
Mitos: Muy relacionados con las leyendas, son un tipo de
relato que trata de explicar misterios relativos al origen del mundo, de los
seres humanos, de la Naturaleza o de lo inexplicable. Para ello, cada pueblo o
cultura elabora sus propias historias. El conjunto de mitos forman la mitología
de cada cultura.
El mito y el cuento tradicional comparten rasgos en cuanto a
su sencilla composición. No obstante, el cuento pretende entretener y el mito
explicar algo o establecer una pautas sociales de comportamiento entre los
miembros de una comunidad.
Ejemplos y apólogos: Son relatos alegóricos de los que se
desprenden una enseñanza o consejo. A este tipo pertenecerían las fábulas, es
decir, narraciones generalmente en verso, en las que sus personajes son
animales que hablan y se comportan como personas.
En cuanto a la técnica empleada, distinguimos:
El cuento fantástico, que cuenta historias situadas fuera de
los límites de lo cotidiano.
El cuento realista, que nos muestra un mundo semejante al
real.
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